En el post del pasado 28 de enero, hablábamos sobre la importancia de la gestión de la información documentada al conocimiento organizacional. Hoy continuamos analizando la importancia de la información documentada, detallando nuevos aspectos: las tipologías, buenas prácticas, así como la importancia que tiene la información documentada en las organizaciones.
En un entorno cambiante, en constante evolución, donde las exigencias se incrementan día a día, los mercados, los sectores y sus requisitos cambian continuamente, obliga a las organizaciones a tener la capacidad de adaptarse y optimizar constantemente sus operaciones y el manejo de sus recursos, por lo cual sus sistemas de gestión están en un proceso continuo de aprendizaje, y aquí es dónde podemos aplicar la siguiente frase de Benjamin Franklin, en la que el conocimiento organizacional adquiere sentido.
Tras su presentación el pasado mes de octubre de 2019, han sido muchas las noticias relacionadas con el nuevo modelo EFQM 2020. Este modelo de excelencia es un referente para aquellas organizaciones que apuestan por el desarrollo, la innovación y la mejora continua.
En todo proceso de auditoría es muy frecuente ver tratamientos de no conformidades que no son del todo correctos, o mejor dicho, a los que no se le saca el máximo partido para contribuir a la mejora del sistema de gestión. Aunque su tratamiento es en cierto modo subjetivo, es muy importante que se tomen como guía determinados aspectos que pueden ser de lo más útil.
Aunque no sea un objetivo fácil de alcanzar, no se puede decir que no existen métodos para alcanzar la mejora continua. El uso de uno u otro, ya depende de cada profesional que quiera aplicarla. Pero desde luego, estandarizar una metodología, e incluirla en el día a día de un sistema será una garantía de éxito y como no, de mejora continua.
Durante las últimas semanas se habla mucho de la nueva versión del modelo europeo de excelencia EFQM 2020. Este fue presentado el pasado mes de octubre en Finlandia. A partir del próximo 1 d enero de 2020, este modelo podrá ser acreditado por aquellas empresas que así lo deseen.
La última versión de la norma ISO 9001 fue publicada el 23 de septiembre de 2015. A partir de esta fecha, las empresas han tenido un período de tres años para realizar la transición a la versión actual de la norma, es decir, hasta el 23 de septiembre de 2018. De forma que, a partir de ese día, todos los certificados en base a ISO 9001:2008 han quedado anulados y sólo tienen vigencia los nuevos certificados obtenidos en base a ISO 9001:2015.
Actualmente, son muchas las organizaciones que han optado o están pensando en la posibilidad de contratar un software ISO que les permita automatizar los procesos para ser más ágiles y centrarse en la calidad y mejora de sus productos/servicios.
En el pasado, las compañías que decidan llevar a cabo la implementación de la ISO 9001:2015, tienen tres opciones disponibles: hacerlo por sí mismos buscando y rebuscando en la red la documentación que necesitaban para llevar a cabo la implementación, bien contratar a un consultor externo que ayudase a la empresa a llevar a cabo todos los pasos necesarios, o apoyarse en un software de Gestión de la Calidad o Software ISO.
Llevar a cabo una evaluación de la gestión de calidad ISO 9001, es un aspecto muy importante de la norma ISO 9001, y tiene una importancia clave para la mejora continua de las organizaciones. Supervisar los recursos y medir los resultados, son acciones que proporcionan datos sobre el rendimiento del sistema, que reflejan la evolución de la organización en términos de objetivos estratégicos.
