Podemos decir, por tanto, que el objetivo primordial de la norma es conseguir un consenso en cuanto a las soluciones que permitan alcanzar las exigencias del comercio y la sociedad, hablando tanto de usuarios como de clientes.
No obstante, en la práctica, la implantación de la norma trae normalmente algunas dificultades para las organizaciones que dependerán de elementos como la localización, el sector… La principal dificultad con la que se encuentra ISO9001 es la falta de compromiso por parte de la alta dirección para hacer efectiva la implantación del Sistema de Gestión de la Calidad.
Esto quiere solucionarlo ISO con la nueva edición de la norma. En su capítulo 5, “Liderazgo”, se especifica qué requisitos debe cumplir la alta dirección de las organizaciones que se comprometan con la implantación del estándar. Algunos de estos compromisos de la alta dirección son la definición de las políticas y de las autoridades para proteger el SGC y aprobar objetivos y el compromiso con la gestión de la calidad en el seno de la organización.
ISO 9001 es una norma de implantación voluntaria, aunque a pesar de ello en algunos sectores se vuelve casi de obligado cumplimiento pues pasa a ser un requisito clave en la competitividad del mercado.
Además de volverse un requisito clave en la competitividad del mercado, esta norma aporta una serie de beneficios que se pueden resumir en:
- Genera mayor confianza tanto interna como externamente.
- Reduce los costes operativos.
- Mejora la imagen que el cliente final y los stakeholders tienen de la organización.
- Sistematización de operaciones.
- Mejora de forma sostenible las estructuras.
- Aumenta el interés de accionistas, partners e inversores.
Al aumentar la competitividad, aumenta la productividad, son dos elementos que caminan conjuntamente. Esto solo se consigue con la mejora de procesos durante la implementación de la norma y con la capacitación y mejora de la calificación de los empleados entre otros factores.
Esto conduce de forma natural hacia una estabilidad en el desempeño de las funciones de los trabajadores, menos desperdicios y menos repeticiones de procesos.
Los beneficios que las organizaciones consiguen al implementar la norma ISO 9001 suelen ser derivados de los objetivos de calidad que se han establecido. Estos beneficios solo serán tangibles si se plantean metas inmediatas. Por ejemplo si un objetivo es aumentar la satisfacción del cliente se pueden plantear metas parciales como la reducción de reclamaciones o los plazos de entrega.
Para obtener beneficios reales y entender el impacto de implementar la norma, es esencial establecer indicadores de seguimiento para cada objetivo planteado.
Hemos hablado del capítulo 5 de ISO 9001:2015, hablemos ahora del 8: “Operación” que se centra en la medición, análisis y mejora de los procesos.
Esta cláusula recoge los requisitos para hacer efectivo el análisis y la forma de actuar en concordancia con los resultados parciales. La organización siempre debe buscar la satisfacción del cliente a través del cumplimiento de los requisitos.
En determinadas organizaciones cuando deciden hacer uso de ISO 9001 encuentran una dificultad, y es que desconocen el estado de partida de la gestión de la calidad. Si se hace una revisión previa del modelo de negocio se podrán conocer los parámetros sobre los que se deben trabajar. Influye de manera significativa la motivación derivada de asegurar que los objetivos estratégicos definidos y los procesos aportan valor a la organización.
El Sistema de Gestión de la Calidad ISO9001 debe permanecer actualizado siempre. Para ello es muy importante que se haga un análisis coste beneficio previo para no actuar a ciegas, esta tarea se desprende de la alta dirección.
Es especialmente vital conocer el estado actual de la organización, para conocer el beneficio que supondrá la implantación del Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001. Los beneficios son bastante importantes y se van a reflejar en los KPIs de la organización.
Un Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001 no es algo estático, por ello es tan necesaria la mejora continua y contar con personas que aseguren este proceso. Esto evitará que el sistema poco a poco pierda eficacia.