ISO 9001 no se puede implementar sin liderazgo
La falta de liderazgo en esta ocasión da lugar a un desorden en la organización y una indisciplina en todo lo que se lleva a cabo. En estos casos debe haber alguien que ordene la situación.
Nunca se podrá implementar un Sistema de Gestión de la Calidad con la norma ISO 9001 si no se obedece a los valores y principios de una buena gestión orientada a la mejora de la organización. Estamos hablando de valores y principios como:
- Puntualidad. Formalidad en reuniones, horario de trabajo, compromisos…
- Disciplina.
- Respeto y compromiso.
- Entender el valor de hacer las cosas bien.
- Entender la importancia que tienen nuestras tareas en el logro de los objetivos del departamento al que pertenecemos o de la organización.
- Entender la notabilidad de desarrollar nuestras tareas de acuerdo con las buenas prácticas que hacen funcionar el Sistema de Gestión de la Calidad.
Los líderes de los Sistemas de Gestión de la Calidad ISO 9001 deben contar con la fortaleza y paciencia necesarias para demostrar el funcionamiento del sistema, los beneficios que aporta en la organización y las ventajas del estándar.
No es nada fácil, el encargado o responsable de llevar a cabo este liderazgo deberá tener carácter, temple, empatía, objetividad en todo lo que haga o diga y no debe dejarse influenciar por problemas de la organización, problemas personales u otros aspectos.
Su principal tarea es dirigir hacia el éxito, eficiencia, productividad y competitividad la organización mediante un Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001.
ISO 9001 se sustenta sobre 4 apoyos fundamentales
Hemos mencionado que el líder del SGC empuja hacia la eficiencia a su organización. Para ello existen cuatro pilares fundamentales sobre los que sostenerse:
La mejora continua es uno de los principios fundamentales de ISO 9001, y con ella se pueden tomar medidas que caminen en pro de elevar progresivamente la calidad de la organización. Las fases del ciclo PHVA: planificar, hacer, verificar y actuar, conduce a las organizaciones hacia la optimización de sus procesos, utilización de recursos y elevación de eficiencia.
El cliente debe ser el centro de nuestras actividades, más aun cuando existe un elevado nivel de competencia. Un Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001 debería enfocar sus procesos hacia una correcta determinación, planificación y atención de los requisitos de sus clientes. A partir de esto se procederá a programar y ejecutar de forma ordenada los trabajos y/o servicios y su posterior valoración para usarlo como entrada de reproceso. Esto al fin y al cabo desembocará en una optimización de la atención al cliente.
- Participación de todo el personal.
La participación del personal contribuye a mantener el equilibrio y desarrollo satisfactorio de los dos pilares anteriores y el que mencionaremos en el siguiente punto. Que el personal esté involucrado se ha convertido en un tema vital para lograr el enfoque de la organización al cliente de la organización.
El Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001 no es sujetado únicamente por el responsable del mismo, éste debe promover todas las actuaciones ligadas al mismo.
Normalmente se tienen en cuenta las opiniones y expectativas del personal para dinamizar el sistema. De igual forma se desarrollan acciones de formación, concienciación y participación que promueven de forma activa el sistema y lo renuevan.
- Supresión de despilfarros.
Las organizaciones andan preocupadas por el coste de producción y por el despilfarro que se hace de recursos. Son dos elementos que ocupan el primer plano de las empresas.
Es una prioridad revisar, optimizar procesos y controlar las repeticiones, correcciones, pérdidas burocráticas… La mayoría de organizaciones cuentan con un Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001 y por tanto han desarrollado objetivos y mejoras encaminados a una optimización de procesos y reducción de costes.
Estos cuatro pilares perfectamente combinados es algo fundamental para el desarrollo correcto de un Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001 en las empresas y para una buena distribución de los trabajos realizados u optimización de procesos. Eso sí, se debe tener presente siempre los objetivos y líneas de mejora a cumplir por parte de todos los integrantes de la organización, teniendo en cuenta sus trabajos o servicios hacia el cliente.