Imaginemos que se plantea la necesidad en una organización de crear un nuevo departamento que antes no existía a causa del crecimiento de la misma.
Algunos empleados se mostrarán resistentes a una nueva idea, y a todo lo que ella conlleva.
Ante este conflicto la alta dirección deberá sacar ideas, propuestas o planteamientos que puedan desembocar en un mayor crecimiento de la organización, una mejor gestión de los recursos de la misma y una competitividad más presente y relevante.
No todo lo que inicialmente la alta dirección proponga acabará funcionando, ni siquiera todo lo que estaba en sus cabezas puede llegar a esbozarse.
Cualquier cambio implica un reto, y como tal habrá altibajos constantemente. Todos los días no son igual de productivos, aunque debe primar la alta productividad haya un cambio o no.
Los cambios no tienen por qué ser malos, es necesario eliminar el miedo de los trabajadores y apoyarlos para que prueben el cambio y lo acojan. Un proyecto fundamentado en el cambio debe ir sustentado indiscutiblemente por la alta dirección.
ISO 9001:2015 incluye un capítulo dedicado a esta cuestión: 6.3 “Planificación de los cambios”. En él se habla que cuando la organización determine la necesidad de cambios en el Sistema de Gestión de la Calidad el cambio se deberá llevar a cabo de forma planificada y sistemática, por lo que se deberá considerar:
- El propósito del cambio y cualquier de sus potenciales consecuencias.
- La integridad del Sistema de Gestión de la Calidad.
- La disponibilidad de recursos.
- La asignación o reasignación de responsabilidades y autoridades.
La nueva ISO 9001:2015 hace especial hincapié en este tema, la planificación y el control del cambio, a diferencia de la versión ISO 9001:2008. Actualmente nuestro entorno está en continuo cambio, por lo que contar con una cláusula que se ocupe de estos temas no está de más. Además, como hemos visto, con la nueva edición de ISO-9001 vendrán apartados dirigidos a la identificación y gestión de los cambios apropiados para llevar a cabo una mejora en el Sistema de Gestión de la Calidad.
No solo podemos destacar lo anterior en esta nueva norma, la cláusula 8.5.6 “Control de los cambios”, también alude al tema que nos ocupa, concretamente viene a decir lo siguiente:
La organización debe revisar y controlar los cambios no planificados esenciales para la producción o la prestación del servicio en la medida necesaria para asegurarse de la conformidad continua con los requisitos especificados.
La organización debe mantener información documentada que describa los resultados de la revisión de los cambios, el personal que autoriza el cambio y de cualquier acción necesaria.
Hemos comentado tanto el capítulo 6.3 como el capítulo 8.5.6, ambos hacen referencia a la gestión del cambio e incluyen directrices que deberemos respetar.
El grupo de trabajo que está elaborando la futura norma ISO 9001:2015 ha apostado por dotar de una importancia significativa y relevante al entorno en el que se desarrollan las actividades de una organización, sea del tipo que sea, destacando que éste siempre está en un cambio constante. Se trata de cambios que pueden afectar a nuestra forma de trabajar, a nuestro trabajo en sí, a los trabajadores y a nuestro Sistema de Gestión de la Calidad fundamentado en la norma ISO 9001.
Esta es una de las novedades con la que nos sorprende esta revisión de la norma ISO9001 pero no la única. Las novedades que estamos viendo manifiestan claramente la necesidad de estar alerta a la publicación final de la norma, aunque ya no se prevén grandes cambios.
La publicación de ISO 9001:2015 no debe suponer una gran dificultad para el mantenimiento de los Sistemas de Gestión de la Calidad que ya estén implementados ni para las revisiones de las certificaciones ya emitidas. Con toda la información que tenemos disponible deberíamos estar preparados para recibirla.